domingo, 28 de diciembre de 2008
Hilar fino…
no es más que perseguir. Ir tras la huella del siervo dorado. Pero ir con delicado paso. Tejiendo todos los caminos. Deteniéndose en cada puntada, como quien coloca su pie derecho sobre la luna; como quien da pasos que cubren la tela, el acertijo. Luz y sombra.
Esta muestra de tapices de Mayra Alpízar es la síntesis de muchas historias, vivencias que aunque íntimas se repiten en la vida de los otros. Aquí la dualidad enlaza espacios. Por ello cada tapiz pudiera ser él mismo y a la vez su contrario. La protección y el desamparo. La contradicción humana y la impronta de la naturaleza.
Mayra Alpízar sabe muy bien que en vidas anteriores tejió gobelinos en Arráz o en Bruselas. Lo sabe y no lo olvida. Requisito indispensable en esta paciente labor de colocar la aguja en el sitio justo, con paciencia del orfebre renacentista que sabe habrá de salir de sus manos la obra que dará testimonio exacto de todas las virtudes y dolores de la creación.
La creadora viaja hacia la esencia de lo único. Cada unicornio que muestra son los principios inviolables de la creación, los pilares sobre los que se erigen las observaciones hondas y detalladas. Pero ante todo son un viaje. Legitimo viaje hacia otras culturas, hacia sí misma y hacia los bosques, mesetas alboradas y laberintos de cada quien.
Aquí vemos los trozos de tela que los amigos de Mayra cargaron en sus maletas desde diferentes lugares del mundo para que luego ella los transformara en tapices que si con algo pueden ser comparados, será con la palabra que susurra, con el canto que penetra y asiste.
Estos tapices tienen el mismo valor que si constituyeran un diario de vivencias. Están plasmados en ellos instantes de delicada privacidad y minutos de aguda vida pública. Dos son los espacios mostrados: el alma y el afuera.
Dicotomía de todos en el tránsito de la creación y la vida. Dicotomía que Mayra Alpízar teje y entrelaza con maestría y suavidad.
Laura Ruiz
Palabras para la exposición Hilando fino, Galería de Arte de Colón
Abril de 2002
Obra. ¨Tapiz de la creación¨.2001. Aplicaciones, bordado y linoleografía sobre tela. 250 x 210 cm.
Obra. ¨Interior con naugragio¨. 2000. Aplicaciones y boedado. 191 x 103 cm.
Obra. ¨La primera piedra¨. 2002. Aplicaciones y bordado. 117 x 110 cm.
Obra. ¨La noche¨. 2002. Aplicaciones y bordado. 181 x 111 cm.
Obra. ¨La cobija¨. 2004. Aplicaciones y bordado. 151 x 80 cm.
Obra. ¨La virgen del arbol seco¨. 2004. Aplicaciones, bordado y calado. 139 x 88 cm.
no es más que perseguir. Ir tras la huella del siervo dorado. Pero ir con delicado paso. Tejiendo todos los caminos. Deteniéndose en cada puntada, como quien coloca su pie derecho sobre la luna; como quien da pasos que cubren la tela, el acertijo. Luz y sombra.
Esta muestra de tapices de Mayra Alpízar es la síntesis de muchas historias, vivencias que aunque íntimas se repiten en la vida de los otros. Aquí la dualidad enlaza espacios. Por ello cada tapiz pudiera ser él mismo y a la vez su contrario. La protección y el desamparo. La contradicción humana y la impronta de la naturaleza.
Mayra Alpízar sabe muy bien que en vidas anteriores tejió gobelinos en Arráz o en Bruselas. Lo sabe y no lo olvida. Requisito indispensable en esta paciente labor de colocar la aguja en el sitio justo, con paciencia del orfebre renacentista que sabe habrá de salir de sus manos la obra que dará testimonio exacto de todas las virtudes y dolores de la creación.
La creadora viaja hacia la esencia de lo único. Cada unicornio que muestra son los principios inviolables de la creación, los pilares sobre los que se erigen las observaciones hondas y detalladas. Pero ante todo son un viaje. Legitimo viaje hacia otras culturas, hacia sí misma y hacia los bosques, mesetas alboradas y laberintos de cada quien.
Aquí vemos los trozos de tela que los amigos de Mayra cargaron en sus maletas desde diferentes lugares del mundo para que luego ella los transformara en tapices que si con algo pueden ser comparados, será con la palabra que susurra, con el canto que penetra y asiste.
Estos tapices tienen el mismo valor que si constituyeran un diario de vivencias. Están plasmados en ellos instantes de delicada privacidad y minutos de aguda vida pública. Dos son los espacios mostrados: el alma y el afuera.
Dicotomía de todos en el tránsito de la creación y la vida. Dicotomía que Mayra Alpízar teje y entrelaza con maestría y suavidad.
Laura Ruiz
Palabras para la exposición Hilando fino, Galería de Arte de Colón
Abril de 2002
Obra. ¨Tapiz de la creación¨.2001. Aplicaciones, bordado y linoleografía sobre tela. 250 x 210 cm.
Obra. ¨Interior con naugragio¨. 2000. Aplicaciones y boedado. 191 x 103 cm.
Obra. ¨La primera piedra¨. 2002. Aplicaciones y bordado. 117 x 110 cm.
Obra. ¨La noche¨. 2002. Aplicaciones y bordado. 181 x 111 cm.
Obra. ¨La cobija¨. 2004. Aplicaciones y bordado. 151 x 80 cm.
Obra. ¨La virgen del arbol seco¨. 2004. Aplicaciones, bordado y calado. 139 x 88 cm.
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