martes, 23 de diciembre de 2008
ESTACIONES DE MAYRA ALPÍZAR.
No se trata aquí de “remunerar” a Mayra Alpízar por lo que ha escrito en estas páginas sobre los artistas plásticos matanceros, aún cuando este ejercicio es, por sí solo, muy importante para la promoción de las artes plásticas.
Pero no es su incursión en la crítica, sino su condición también de artista la motivación de este comentario.
Obra. ¨Naranja dulce¨. 1991. Aplicaciones y bordado.186 x 84 cm
Mayra es graduada de pintura en la ENA (Escuela Nacional de Arte), actualmente se desempeña como especialista de la Galería de Arte en esta ciudad y paralelamente a su labor de asesoría técnico metodológica realiza su obra.
Ahora casi todo lo que no sea pintura, dibujo,grabado escultura y el resto de las manifestaciones plásticas convencionales, es nominado con un término no menos convencionalista: artes aplicadas. Prefiero evadirlo por su anchura, por genérico. Artes aplicadas ¿a qué? Y ¿en qué? ¿a la arquitectura, a un fin utilitario, ornamental ? ¿Y en que? : en vidrio, fibra vegetal, plástico…?. El término artes aplicadas resulta pues, por ancho relativamente mudo.
Creo que es más ilustrativo decir que esta artista hace tapices a partir de la recortería textil y, como que en el empeño hay color, formas, composición, imaginación y oficio, pienso que hay también pintura, dibujo, diseño, poesía y profesionalismo. Todo ello sin fronteras perceptibles.
Quien conozca la risa de nuestra Mayra, quizás se sorprenda al “leer” su obra. Su “yo” aflora predominantemente melancólico, nostálgico en elementos cósmicos tales como días nublados, eclipses, estaciones sugeridas en la caída de hojas; también la incertidumbre y el asombro brotan en signos de interrogación y admiración sin negar asomos de alegrías y optimismo en una flor que se levanta con solo un rayo de sol. Todo con mucha mesura, sin alardes, sin arrogancia.
En la obra de Mayra los temas son yuxtapuestos y en casi todas las piezas que la integran hay, a su vez, yuxtaposición de imágenes que, por su composición, color y lenguaje resultan autónomas; hablan ellas solas sin necesidad de antecedentes o explicaciones posteriores. Un verdadero aguacero de imágenes plásticas capaces de dar las cumbres y precipicios- accidentes preferibles a la chatez de la llanura- de esta artista de altísima sensibilidad; un fértil aguacero capaz de mojar a muchos con sus tibias aguas.
Hay sicologismo en su obra, marcado por un tono y una intención anecdótica, pero no se trata de la anécdota por la anécdota, sino de una atinada y acertada recreación de vivencias, de hechos. Entonces, el recuento deviene fenómeno ético y estético que por su tratamiento artístico gusta y por su carga humana, conmueve hasta la identificación.
Ojalá que otros artistas matanceros enriquezcan las “artes aplicadas” y algún crítico encuentre una nomenclatura más racional y un término más elocuente para significar esta dimensión de las artes plásticas.
Mientras tanto, esperemos a noviembre, fecha en que tendremos la ocasión de disfrutar de la exposición personal de Mayra “A trapo tendido”, la que viene a ser una síntesis de su obra. El título mismo de la exposición quizás resuma un poco a esta artista que ríe, llora y arde – valga la reiteración- a trapo tendido.
Jesús W Calaña.
Periódico Girón 14 de Junio de 1987.
Obra: "La silla". 1989. Aplicaciones. 150 x 234 cm.
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