domingo, 28 de diciembre de 2008

Que la exposición de tapices, concebida por una mujer se titule Rota y Remendada, podría parecer solo una repetitiva aproximación a lo que suponemos encontrar en ella. Pero este no es el caso. Aquí se trata de mucho más que celebrar la victoria de Mayra Alpízar por haber encontrado “la aguja en el pajar” y saber usarla para algo más que lo que Pérez Cisneros llamó “la dulce, dorada y austera arena de las labores del hogar”.

De lo que se trata es de recomponer fantasmas. Fantasmas individuales y aparecidos colectivos. Más de un momento tiene esta exposición, más de un momento para dos espacios: el privado y el social, que al final terminan siendo solamente uno: el espacio del redescubrimiento, el de la mirada al pasado como manera certera de conocer y explicar el presente.

Una larga cadena de asociaciones es lo que aparece en esta muestra donde tanto importan el tema, el motivo, como la piel y la superficie en sí. Tanto conviene observar el remolino de colores del Ojo de Van Gogh como la sexualidad de Las dos amigas. Tanto importan los encajes de estas, como el comprometimiento de La demasiada luz.

La alianza pasado-devenir queda inscrita en estas telas. La artista se vale de relecturas de Frida Kalho, Tamara de Lempicka y Antonia Eiriz, entre otros, para establecer una distancia como único recurso efectivo para acceder a la cercanía.

Mayra Alpízar relee lo establecido, transforma, con la única inteligencia que debería existir: la sabiduría del no rechazo. Asistimos con esta relectura al traslado, la movilización de Antonia, de Malevich, de Georgia O`Keef y de otros hacia el espacio de la alteridad, hacia el lugar donde el artista debe desaparecer para dejar que sólo asome la historia misma que vuelve a comenzar una y otra vez delante de la mirada de quien observa, anota y comcluye.

Antonia Eiriz es sacada del silencio y puesta a trasluz. La supuesta oscuridad es revestida con otras elaboraciones y el máximo abstraccionismo de Malevich es sustituido por una simple y elegante novia que deviene en nuevo símbolo, profundizador de virtudes y conceptos.

Es importante no mirar con ingenuidad. Mayra Alpízar no sólo está haciendo un homenaje a grandes figuras del arte universal. No nos dejemos engañar por la primera impresión o la seducción de las texturas. Asistamos más bien a la invitación que Mayra hace de aceptar la parte rota del mundo que nos toca. Intentemos aprender el difícil, delicado y necesario arte del remiendo para poder seguir adelante porque quien hace sus propios remiendos mantendrá siempre el poder sobre sus propias roturas y podrá reconocer hábilmente las costuras y desgarrones ajenos.

Laura Ruiz
Palabras para el catálogo de la exposición "Rota y remendada"
Galería UNEAC. Matanzas.



Obra. ¨Georgia in the pulpit¨. 2003. Aplicaciones y bordado. 120 x 80 cm.






Obra. ¨Frida¨. 2003. Aplicaciones y bordado. 114 x 60 cm.





Obra. ¨Dos amigas¨. 2003. Aplicaciones y bordado. 99 x 91,5 cm.






Obra. ¨La novia de Malevich¨. 2003. Aplicaciones y bordado. 107 x 67 cm.





Obra. ¨El ojo de Van Gogh¨. 2003. Aplicaciones y bordado. 78 x 108 cm.






Obra. ¨ ! Hasta mas ver, Don Fransisco!¨. 2003. Aplicaciones y bordado. 123 x 123 cm.





Obra. ¨La demasiada luz¨. 2003. Aplicaciones y bordado. 139 x 89 cm.

1 comentario:

  1. ay mamita que alegría poder apreciar tu trabajo, y la inauguración de este blog...aquí estoy con mi agujita, dime dónde doy la puntada?
    un enorme beso
    lamarga

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